lunes, 13 de octubre de 2014

Justificante para el profesor

De vez en cuando uno encuentra cosas en las redes sociales que le llaman la atención, esto que comparto hoy lo he visto en Facebook a través de Rafa. No aseguro que sea verdad, pero haciendo una búsqueda en Internet veo que muchos docentes lo comparten en sus blogs, muros...

Hoy he tenido que hacerle un justificante a mi hijo, para su maestro del Instituto, justificando su falta de asistencia, porque ha estado en el médico. Evidentemente, la he redactado correctamente, dirigiéndome a él de usted, e iniciando el escrito con un "Estimado Sr. profesor".

Cuando mi hijo la ha leído, se ha quedado pasmado, preguntándome que porque escribía un simple justificante, con tanta corrección, que solamente se trataba de un justificante para el profe, y ha añadido "ni que fuera el presidente del gobierno".

Y le he respondido lo siguiente:

Querido hijo, posiblemente, un maestro, es una de las pocas personas en este mundo, a las que debes respeto, ya que de él depende, que tu futuro, sea el de una persona educada, y con conocimientos.

De él dependen, también, los presidentes de gobierno, y cualquier otra profesión, de su trabajo dependen, en resumen, todas las personas que nos encontraremos en nuestra vida, y de él depende, el concepto que esas personas a su vez, tengan de nosotros.

Presidente de gobierno, puede ser cualquiera, como puedes ver en los últimos tiempos.

Maestro, solo pueden ser unos pocos, únicamente, los dispuestos a llevar una vida de entrega y esfuerzo, inculcando valores y conocimientos al bien más preciado de un padre: sus hijos.

Sin mirar, cedo mi puesto al maestro, durante gran parte del día, para que colabore con tu educación, pero JAMÁS, permitiría que un presidente del gobierno lo hiciera.

Es por eso, que le demuestro respeto, y afecto. Si este justificante, fuera para un presidente de gobierno, posiblemente ni siquiera lo escribiría, porque a un presidente de gobierno, a cualquier presidente de cualquier gobierno, le importa poco tu educación.

Me ha mirado sonriendo, y me ha dicho "tienes razón".

3 comentarios:

  1. Muy buenas José Luis.

    El otros día hablando con otra persona, salió el mismo tema de las formalidades. Creo que el respeto no se impone, se gana.
    No creo, no soy partidario de los ilustrísimos, señoría, excelentísimo,.... Etc. Puedes tratar a los demás, a los iguales, con respeto sin tener que utilizar este tipo de formalismos.
    Ya puede ser mi jefe, el alcalde de mi localidad, el presidente de gobierno, el rey o el papa. Yo no los utilizaré.

    Saludos.

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  2. Muchas gracias Alex por tu comentario.

    Yo creo que el artículo no va tanto por defender el "Estimado Sr. profesor" como por intentar que se valore la profesión de maestro. Dicho esto yo tampoco soy partidario de los títulos porque un título no hace a una persona, son las personas las que hacen honor a los títulos.

    Hace unos días una antigua alumna me hacía una entrevista sobre el tema de la educación (en breve la colgaré en el blog) para un trabajo universitario y me preguntaba sobre cómo implantar la disciplina en el aula. Le respondía diciendo que no me sonaba bien eso de implantar la disciplina, que yo pensaba que el respeto se ganaba respetando a los alumnos, y que en muchas ocasiones (más en secundaria) eso no se producía por parte de los profesores.

    Dicho esto creo que hay profesores que se equivocan pensando que no pueden ser amigos de sus alumnos o de los padres de sus alumnos, como si estuvieran un peldaño por encima, si hay una buena relación entre unos y otros será más fácil colaborar y trabajar todos en la misma dirección. Afortunadamente sois muchos, y cada vez más, los que apostáis por la cercanía y creo que es un paso importante en la buena dirección.

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  3. Respecto a lo de ser amigo de los alumnos... depende de lo que se entienda por "amistad".
    Si un amigo es alguien con el que estás cómodo porque opina lo mismo que tú y no va a decirte lo que debes o no debes hacer, los profesores, ciertamente, no podemos ser amigos de los alumnos (ni los padres de nuestros hijos).
    Pero si un amigo es, precisamente, aquel que confías que te dirá qué hacer y qué no, alguien que te va a contrariar si cree que es su deber, entonces es precisamente a eso a lo que padres y profesores deberíamos aspirar.
    Cuando alguien dice "los profesores no debemos ser amigos de nuestros alumnos", siento una profunda lástima por la inmadurez de su concepto de amistad (y, de rebote, por sus amigos).

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