martes, 9 de noviembre de 2021

Yo fui a EGB y hoy siguen yendo...

En la página de Yo fui a EGB se pueden encontrar algunas "reliquias" que seguramente a muchos nos arrancan más de una sonrisa y es que evidentemente no es para menos.

Hace unas semanas llegué a una entrada en la que recogían los "castigos" que se sufrían en los años 70 y 80 del siglo pasado.  Reconozco que a mí en el cole apenas me castigaron (supongo que no daba motivos para ello) pero si recuerdo algunos de los castigos que sufrían los compañeros, lo de poner las orejas de burro yo nunca lo he visto, pero lo de estar castigado mirando contra la pared eso sí, muchas veces, incluso de rodillas, aunque no sujetando libros, lo de copiar 100 veces a algún compañero también le tocó en alguna ocasión, el reglazo también (y alguno me tuve que llevar yo, aunque pocos), y por supuesto capones también se repartían por mi clase a menudo, alguno con mala, pero mala leche de verdad. 

Eran otros tiempos y lo que ahora puede parecer una barbaridad era el pan nuestro de cada día. ¿O es que ya nadie recuerda a su profesor fumando un cigarrillo tras otro en clase? Inimaginable hoy, y habitual hace 30, 40 o 50 años.


Hoy las cosas han cambiado en la escuela, iba a decir que para bien, pero no lo diré por si acaso. Hoy ya no se lleva eso tan cruel de poner a un niño mirando a la pared, ahora somos más de inteligencias múltiples, de rutinas de pensamiento y cosas de estas que tan bien nos suenan, aunque de vez en cuando volvemos a las viejas esencias y apostamos por los mismos castigos de entonces, y si se los ponemos a toda la clase, mejor que mejor. No sé, pero cuando veo que cuarenta o cincuenta años más tarde, seguimos haciendo copiar una frase veinte veces (eso sí, en inglés, para mejorar el bilingüismo) me pregunto cuánto hemos avanzado o cuánto hemos dejado de avanzar. Pedagógico, lo que se dice pedagógico no parece, pero entretenidos los tenemos un rato. 

jueves, 4 de noviembre de 2021

En el día internacional contra el acoso y la violencia escolar...


 En el día internacional contra el acoso y la violencia escolar vuelvo a traer al blog un artículo que publiqué en el Semanario Más hace ya casi seis años. 



Acoso escolar: ¿Por qué?

Porque eres negro, o mulato, o blanco. Porque eres musulmana, o atea, o católica. Porque estás gordo, o delgado. Porque eres bajita, o alta. Porque eres feo o porque eres demasiado guapo. Porque llevas gafas, o lentillas o porque no las llevas. Porque sacas mejores notas que yo, o peores, o iguales. Porque viniste de otro país, o de otro pueblo, o eres mi vecino de toda la vida. Porque tienes los ojos rasgados, o porque los tienes igual que yo. Porque eres tímida y callada, o porque eres extrovertida y habladora. Porque eres homosexual, o transexual o heterosexual. Porque eres del Barça, o del Madrid, o del Atlético, o porque no te gusta el fútbol. Porque llevas el pelo largo, o tienes rastas o te afeitas la cabeza. Porque no me gusta la ropa que traes al colegio o porque me gusta demasiado. Porque tu padre es profesor, o bombero, o periodista, o político. Porque un día me miraste mal en el recreo o porque ayer no me miraste cuando pasé a tu lado. Porque te gusta leer poesía, o ciencia-ficción o porque no has cogido un libro en tu vida. Porque eres la peor en Educación Física o porque eres la mejor en todos los deportes. Porque eres antipático y desagradable o porque eres simpático y eso no me gusta. Porque te gusta el rap, o la música clásica, o el jazz. Porque eres una pija, o a lo mejor te veo como una perroflauta. Porque no tienes un Iphone o porque gastas el último modelo...

Pero no, la verdad se reduce a que soy cobarde, los complejos me pueden y tengo un problema, un grave problema. Y además la mayoría prefiere mirar para otro lado, me ríen las gracias, ¿y a ti?, a ti te dejan de lado.

miércoles, 3 de noviembre de 2021

[Libros] Ana Tramel, Roberto Santiago


 Es mucho tiempo sin pasar por aquí, pero me he decidido a volver a escribir, aunque solo sea un poco. 

Ana Tramel es una novela de Roberto Santiago, sí, el autor de los Futbolísimos, la saga de libros infantiles. Reconozco que me sorprendió, no esperaba a este autor escribiendo en un registro así, pero he de decir que me ha sorprendido para bien. 

La forma en que llegó este libro a mis manos, fue como otros muchos, porque mi padre me lo recomendó y pues, ¿por qué no?, no había nada que perder y la novela prometía. Y no me ha defraudado. 

Es un libro largo, pero eso no tiene porque ser necesariamente malo, aunque personalmente me han sobrado unas cuantas páginas. Empecé a leerlo y la verdad que enseguida es un libro de los que te atrapan con un inicio explosivo que capta toda la atención del lector, según avanzaba poco a poco fui perdiendo el interés en la historia, porque llega un momento en que la trama frenética del principio pierde ritmo, pero mereció la pena hacer el pequeño esfuerzo, porque el final vuelve a enganchar. 

Algo que no deja de llamar mi atención es  como el autor es capaz de narrar toda la historia desde el punto de vista de Ana, la protagonista, aunque no podía faltar el cliché de la protagonista femenina llena de traumas y con unos hábitos más bien poco saludables. Ana Tramel no es la única protagonista femenina que se me ocurre así, me parece que esta es una figura que triunfa en la literatura española últimamente y ya me empieza a cansar un poco, aunque en este caso le da bastante más profundidad al personaje, Ana no sería la misma sin sus problemas que la convierten en alguien más real. 

He de decir que también he visto la serie de RTVE, y me ha encantado, pese a que no ha tenido demasiada audiencia. 

En definitiva una novela para dejarse sorprender y pasar un buen rato, más bien largo😜

Título: Ana Tramel

Autor: Roberto Santiago

ISBN: 9788408245254

Editorial: Planeta

Número de páginas: 864

Fecha de publicación: 21 de febrero de 2017

Sinopsis: Años atrás, Ana Tramel fue una brillante penalista a la que se disputaban los mejores despachos. Un oscuro suceso en su pasado cambió su vida y ahora pasa sus días entre recursos administrativos en un mediocre bufete, ahogándose en un vaso de whisky. Pero su vida da un vuelco cuando su hermano Alejandro, con el que no habla desde hace cinco años, la llama angustiado. Ha sido detenido por el asesinato del director del Casino Gran Castilla.

Ana pide ayuda a su jefa y vieja amiga, Concha. Necesita la estructura y recursos del despacho para llevar adelante una defensa en la que tiene prácticamente todo en contra. Acompañada de un peculiar equipo (un viejo investigador, una abogada novel y un becario ludópata) se enfrentará a las grandes empresas del juego.

Ana, un thriller absorbente protagonizado por una mujer inteligente pero acabada, brillante pero autodestructiva, única.

Un oscuro asesinato.

Una protagonista que dejará huella.

Una batalla que todos dan por perdida.

Un thriller que no podrás olvidar.