Es por esto que el mundo se inunda de marketing emocional durante estas fechas. Las empresas recurren a la generosidad y la solidaridad para fidelizar clientes y aumentar ventas, mientras logran que sueltes la lagrimilla fácil. Tratan de asociar sus productos a esas sensaciones que nos surgen cuando vemos los conmovedores anuncios que elaboran, y la verdad es que este recurso es más que efectivo.Este
Este año uno de los anuncios que se lleva la palma es el de EDEKA, una cadena de supermercados alemana:
"Hola papá", se escucha en un mensaje dejado en el contestador del teléfono, "quería decirte que no vamos a poder ir en Navidad este año. Lo intentaremos para el próximo, lo prometo. Feliz Navidad, papá". Al otro lado del teléfono un vejete de pelo blanco al que vemos cenando y comiendo día tras día con la única compañía de su perro.
Días después la casa se llenará de hijos y nietos llegados desde distintos lugares. Acuden pesarosos y vestidos de luto después de recibir la notificación de su fallecimiento, pero al entrar en la casa familiar descubrirán que la mesa de Navidad está lista y que allí les espera su padre para decirles con resignación: "¿Es esta la única forma de conseguir reuniros a todos?". Y después de eso todo alegría y felicidad, que para eso es Navidad.
https://www.youtube.com/watch?v=DwO068jdNMk
No es el único anuncio de este tipo, la cadena británica John Lewis también ha recurrido a un anciano solitario como protagonista de su anuncio, en el que un abuelete que vive solo en la Luna recibe un regalo de una niña terrícola que le ha estado observando a través de su telescopio.
https://www.youtube.com/watch?v=wuz2ILq4UeA