La PECA, PISA, TIMMS, PIRLS, LEA, CDI, PAU, PAEG... Siglas y más siglas con las que uno, a veces, piensa que los gobiernos intentan esconder por una parte los males que aquejan al mundo de la educación y por otra su propia ineficacia para poner remedio a los mismos.
Si alguien nos hubieran preguntado hace unos días que era la PECA habríamos pensado en esa manchita que aparece sobre la piel clara expuesta al sol, pero algunos de los que tenemos hijos de 8 o 9 años que este año cursan 3º de Primaria sabemos que la PECA es también la Prueba de Evaluación de Competencias Adquiridas. Durante todo este mes de mayo se irán realizando pruebas en las distintas comunidades autónomas, a partir de hoy se llevan a cabo en Cataluña, aunque no está demasiado claro ni siquiera cuánto van a durar -¿lo entiende alguien?-. Mañana día 5 de mayo serán los escolares madrileños quienes se tengan que enfrentar a esta prueba y así, poco a poco, en el resto de España.
Una prueba que, como tantas otras cosas, no ha sido demasiado bien explicada ni por el ministerio de educación ni por las consejerías del ramo de las distintas comunidades autónomas y así, no es de extrañar, que determinadas asociaciones de padres como la CEAPA hayan recomendado a los padres que no lleven a sus hijos a realizar esta prueba. No sé si hacen lo correcto o no, porque en este mundo educativo en más ocasiones de las debidas se anteponen las ideologías a lo que de verdad importa. En cualquier caso tampoco están faltos de toda la razón porque aunque desde algunos centros se ha intentando quitar hierro a la prueba lo cierto es que nadie, o casi nadie, sabe a día de hoy para qué sirve la prueba, si forma o no parte del expediente del alumno, qué implica o en qué pueden influir en definitiva los resultados obtenidos en la misma.
Ya en su momento hablé en 30 de diferencia de esta prueba e incluso en la sección de recursos educativos está colgado el modelo de lo que podría ser esta prueba. Si entonces decía que no me convencía demasiado a día de hoy sigo en mis trece, pienso que al final lo que se hace es dejar el balón en el tejado de los otros, llámense centros, profesores, incluso familias, pero tristemente es algo a lo que vamos estando acostumbrados.
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