La novela negra es uno de mis géneros preferidos, así que cuando me llegó la oportunidad de leer este libro, galardonado con el Premio Castellón Letras del Mediterráneo, decidí que iba a ser una de mis próximas lecturas… Un libro que se lee con gusto y que me ha demostrada como acertada esa decisión. :)
Título: El síndrome de Jerusalén.
Autor: Juan Bolea.
Editorial: Ediciones B.
ISBN: 9788466659123
Número de páginas: 274
Fecha de publicación: Abril 2016
Sinopsis: Cuando el detective Florián Falomir es contratado para esclarecer el robo de una talla de la virgen que aparentemente no tiene ningún valor especial, no puede imaginar hasta qué punto se van a complicar las cosas. Pronto se verá envuelto en una trama vertiginosa cuya clave podría estar en los misteriosos sucesos de años atrás, cuando tres niños realizaron una serie de supuestos milagros tras una aparición mariana. Las pistas conducirán a Falomir un inolvidable investigador de origen armenio que merece un puesto de honor en el actual panorama del género negro hasta la ciudad de Jerusalén, donde entrará en acción la inspectora Martina de Santo, el personaje fetiche de Juan Bolea. Una novela de intriga llena de sorpresas y giros inesperados en la que no faltan los toques de humor blanco y negro y un final extraordinario, a la altura de la originalidad del argumento.
Opinión personal: El síndrome de Jerusalén nos trae una historia entretenida y en la que destacan los guiños humorísticos que hacen muy amena la lectura. Aún así, posiblemente, la mayor virtud de esta novela está en los personajes, Bolea consigue juntar a dos personajes muy antagónicos pero totalmente complementarios: la algo enigmática inspectora Martina De Santo y el sencillo, cercano y muy campechano detective privado Florián Falomir, pero como se suele decir polos opuestos se atraen y esos dos personajes, principalmente el de Florián es el que lleva el peso de toda la historia. Curiosas también esas peculiares relaciones que mantiene con su novia ciega, bastante más joven que él, su hermana y su padre.
No había leído hasta este momento ningún libro de Juan Bolea pero me ha gustado su forma de escribir, conciso y directo, ocurrente y con un fino sentido del humor que hace entrañable a nuestro detective desde las primeras líneas de la historia.
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