Leía hace un par de días en Verne un artículo en el que hablaban de La historia de Pepe y Pepa. La socióloga Carmen Ruiz Repullo ha trabajado para el Instituto de la Mujer de Andalucía y además imparte charlas sobre la violencia de género en los jóvenes. En ellas utiliza un cuento llamado La historia de Pepe y Pepa, con el que intenta ayudar a los adolescentes a detectar posibles situaciones de maltrato al verse reflejados en ellas.
Hace un par de semana se compartió un vídeo en Facebook en el que Carmen Ruiz Repullo cuenta la historia y que se ha vuelto viral (en estos momentos se acerca al millón y medio de reproducciones).
[facebook url="https://www.facebook.com/100013503464348/videos/364241694035943"]
Los que trabajamos con jóvenes no somos ajenos a esta realidad, y todos los años me encuentro con comentarios que no por inesperados dejan de sorprender, justificaciones de lo injustificable, el asumir como normal lo que no es ni siquiera aceptable..., y no una ni dos veces. Las primeras ocasiones que escuché un "me pega porque me quiere" o un "me pide que haga tal o cual cosa porque me quiere" no daba crédito. ¿¿Por qué me quiere?? ¿La generación que se presume mejor formada diciendo estas cosas? Y lo peor es que cada vez son más pequeños cuando lo dicen, no hablo de veinte, ni de dieciocho años, hablo de 12 y de 13 años... Y ellas peor que ellos, aunque suene raro decirlo. Hoy sigo sin dar crédito, me molesta que además los que lo escuchan lo asuman como algo normal, entendible y justificable. Se lo digo, pero no me parece que me escuchen.
Algo estamos haciendo muy mal, rematadamente mal.