Habla Emilio Calatayud, juez de menores de Granada, en su blog de la posibilidad de multar a los padres de menores que se emborrachan, y dice que no le parece mal, pero añade un matiz no poco importante, él también propone multar a los políticos que permiten los botellódromos.
No le falta razón. Recientemente se han celebrado las fiestas patronales en Aranjuez, los que por unos motivos o por otros tratamos con chavales somos conscientes de que días antes y días después uno de los temas estrella de sus conversaciones ha sido el del botellón en la Calle de la Reina. Y no, no hablo de gente de 18 o 20 años, estoy hablando de niños y niñas de 12 o 13 años.
El viernes pasado, haciendo la compra, en un supermercado de una cadena muy conocida me llamaba la atención el lugar preferencial que se había dado a ciertas bebidas, tampoco sorprendía la gran afluencia de chavales en la puerta, dentro alguno más talludito llenando carros de bebidas alcóholicas, fuera, en la puerta esperando, niños y niñas, dispuestos a coger el camino de la Calle de la Reina a eso de las ocho y media de la tarde.
Los mayores podemos hacernos los tontos, mirar para otro lado y hacer que no lo vemos..., la multa importante no será la económica.
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