¿Es insuficiente la oferta cultural que tenemos a nuestro servicio? Me lo pregunto muchas veces porque tengo la sensación de que nos quejamos de que no hay oferta cultural y cada vez estoy más convencido de que lo que realmente sucede es que la que hay -mucha o poca- no la aprovechamos.
Cuando desde distintas asociaciones se organizan eventos y por el motivo que sea la asistencia de público es menor de la deseada o esperada siempre queda la duda de si se ha comunicado y se ha informado correctamente o es un aspecto que ha fallado en la organización. Creo que, en la mayoría de los casos, con la cantidad de modos y formas que hay a nuestra disposición para comunicarnos esto es algo que no se hace mal. Se usan las redes sociales, se usa la mensajería instantánea, se siguen usando los métodos tradicionales como los carteles de toda la vida, y hoy somos capaces de llegar a muchísima más gente de la que jamás hubiéramos podido pensar y sin embargo la asistencia de público no suele cumplir con las expectativas creadas. ¿Qué es lo que falla?
El problema, pienso yo, no está en la comunicación y en la publicidad, está en otro sitio. Posiblemente estemos saturados de cosas que poder hacer, ver, visitar, escuchar..., y sacarnos de la rutina es más difícil de lo que parece. Pero aún así es difícil de entender.
Conferencias, presentaciones de libros, actividades para niños y mayores, exposiciones, teatro, conciertos..., todo a nuestro alcance, a diez minutos de casa y seguimos diciendo que no hay cosas para hacer.
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