Ayer publicaba Pedro Simón un artículo en su blog de El Mundo, titulado Contra los deberes que ha tenido una amplia repercusión en las redes sociales ya que es un asunto que a muchas familias nos toca muy de cerca.
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No pasa curso en el que en un momento u otro salte a la palestra el tema de los tan traídos y llevados deberes escolares. Aparecen los defensores a ultranza de los mismos pero con la misma intensidad surgen los talibanes de lo contrario. Y así, unos y otros se escudan en sesudos estudios científicos de dudosa validez para defender sus posturas.
Hace un par de años apareció publicado en El País un reportaje Rebelión contra los deberes para casa en el que se nos hablaba de una posible convocatoria de huelga contra los deberes en Francia por parte de una asociación de padres. Decían estos padres que los deberes no sirven para nada, son antipedagógicos, causan tensiones en la familia obligando a los padres a ejercer de profesores, alargan innecesariamente la jornada de seis horas diarias, impiden a los niños dedicar el tiempo a la lectura, y aumentan las desigualdades entre los alumnos que pueden beneficiarse de la ayuda de su familia y los que no.
En España Ceapa (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos) se planteaba promover una iniciativa similar y era muy crítica con los deberes porque consideraba que en los últimos años se estaba incrementado el tiempo que los menores tenían que dedicar en casa a la realización de tareas escolares lo que para ellos era una muestra de que la escuela no responde adecuadamente a las necesidades educativas.
Los defensores de las tareas escolares, como la Concapa (Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos), consideraban por su parte que los deberes diarios contribuyen a crear un hábito de trabajo, de orden y de superación en el que la familia también debe implicarse estimulando el aprendizaje junto al colegio.
Pienso que, como casi siempre, en el punto medio está la virtud. Unos deberes que sirvan para afianzar lo aprendido en el colegio no pueden ser considerados malos, otra cosa es que la realización de esos deberes suponga horas y horas, pero mi sensación es que esto no es lo habitual. Evidentemente unos niños tardarán más que otros en realizarlos, y quizás no sería mala idea que los deberes fueran personalizados para cada alumno, dependiendo de sus circunstancias. Es verdad que en los tiempos actuales se podría cambiar la idea que tenemos de deberes y dejar un poco de lado el lápiz y papel para trabajar en casa con las nuevas tecnologías con lo que además de mostrar su lado bueno, que evidentemente lo tienen, posiblemente harían las tareas mucho más llevaderas para los chavales.
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