Cuando pasa una semana desde que se publicaron los resultados del informe PISA, y después de haber escuchado y leído todo tipo de explicaciones, motivos, causas y lo que se quiera al respecto llega la hora de dejar algunas pinceladas al respecto.
No voy a entrar en debates ni en dar razones a unos o a otros, no es esa mi intención, pero si quiero señalar lo que más me ha ido llamando la atención a lo largo de esta semana, porque curiosamente aún hoy se sigue hablando del tema.
Interesante y de imprescindible lectura el artículo que publicaba
José Manuel Lacasa en el blog del IFIE (Instituto F de Investigación Educativa) porque nos daba pistas de a quién no debíamos hacer caso de ningún modo y aconsejaba no hacer caso a quién dijera cosas como estas:
- - La gestión del partido X es responsable de los malos resultados.
-
- Los recortes son culpables de los malos resultados.
- - La política (tangencial) X tiene la culpa.
- - España es equitativa (o España es menos equitativa que antes).
Así que con esto nos acabamos de quitar de encima a políticos y adláteres de una u otra ideología, que no es moco de pavo.
Nacho Cardero publicaba en El Confidencial un artículo titulado
"Los tres gráficos que desmontan las falacias educativas de la España de las autonomías".
A algunos, como a los madrileños les ha faltado tirar cohetes, pero claro sin tan buenos son sus resultados a lo mejor digo yo que no era necesario reformar la ley de educación como ha hecho el gobierno que es de su mismo partido... Otros como los catalanes, echan la culpa a todo lo que pueden.
Dejo un párrafo del artículo:
Del informe de PISA se desprende que no hay una relación directa entre el nivel de gasto en educación y los resultados académicos
y que hay comunidades manirrotas que cuentan con partidas más
que generosas y que, a tenor de los exámenes, no hacen llegar el dinero a
los alumnos.
Inocencio Arias, en El Mundo, se fija en algunos detalles:
... la implicación de los padres cuenta
enormemente(Corea, Finlandia) en la mejora de los rendimientos de los
hijos. Esto nos llevaría a pensar que la inhibición creciente de los
padres españoles explica nuestros pobres resultados.
Los alumnos coreanos se encuentran a la cabeza del Informe Pisa, sin embargo, son los más desgraciados de todos los examinados.
Menos del 60% de los estudiantes de ese país asiático, que dedica un
impresionante 7´5% del PIB a educación, están contentos en su escuela.
La media de la OCDE es del 80%.
Las
confederaciones de Asociaciones de Padres, como casi siempre, piensan de modo muy diferente:
La Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) pide más
inversión y que cesen los recortes en educación para mejorar los
resultados en el PISA de la OCDE, mientras que la Confederación Católica
de Padres de Alumnos (CONCAPA) advierte de la necesidad de un cambio de
modelo de enseñanza y niega que a mayor gasto mejores resultados.
Pues eso, un poco de todo, pero nada que no se esperara. ¿Los resultados son buenos, malos o regulares? Seguramente ni tan buenos como algunos quieren hacer ver, pero tampoco tan malos como otros pretenden demostrar.
Lo mejor de PISA es que conseguimos que se hable de la Educación y por una semana dejamos de lado temas menos importantes, aunque por desgracia la mayor parte del tiempo que se gasta es para echar la culpa a los otros.
Lo peor es que me temo que todos los gobiernos, tanto el estatal como los autonómicos se empiezan a plantear que hay que trabajar buscando que los resultados de PISA sean mejores y la educación vuelve a quedar en un discreto segundo plano.
Me decía una alumna de 15 años (3º de ESO) la semana pasada que en su instituto ya se están preparando para las pruebas de CDI que se harán allá por el mes de mayo. Me parece equivocado marcar como objetivo del curso los resultados de una prueba concreta porque seguramente habrá temas importantes que van a quedar incluso sin estudiar porque no son demasiado habituales en estas pruebas, pero claro lo importante es que el cole quede bien, igual que pasa con PISA.