Ya ha llovido desde que hace seis años, también por estas fechas, publicara un artículo en el blog comentando algunas opiniones sobre los resultados del informe PISA de aquel entonces.
Esta vez los resultados que trae el informe son malos en general, o al menos peor de lo esperado, y cada uno, como suele ser habitual, arrima el ascua a su sardina. En Madrid, por ejemplo, no se lo explican, dicen que la prueba está mal hecha, y de hecho hace unas semanas se hablaba de un posible boicot de los estudiantes aunque la OCDE lo descartaba. Por cierto que cuando los resultados les sonreían y eran buenos entonces no había nada mal hecho y todo eran bondades en la prueba.
En el mundo de la educación en España nos estamos acostumbrando a que día sí, día también, surjan nuevos experimentos pedagógicos. Eso por no hablar de las leyes, LGE, LOECE, LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE, LOMCE, y con cada gobierno que llega un derogar la anterior para hacer una nueva. Tampoco es extraño leer que los profesores de tal o cual centro reciben de continuo formación en las más variopintas especialidades, todas siempre con nombre rimbombante pero difíciles de explicar y entender para el común de los mortales. Supongo que muchos lectores les sonarán conceptos como inteligencias múltiples, aprendizajes colaborativos, educación emocional... y no digo que no esté bien, pero parece que no terminan de dar fruto si a los resultados de las pruebas nos remitimos.
Salvo honrosas excepciones en España no se hace política educativa sino política con la educación, y así nos va. Podría estar bien que el año que viene las pruebas PISA no se hicieran en los colegios sino en el congreso, senado, comunidades autónomas y ayuntamientos. Los resultados de este año nos iban a parecer gloria bendita.
Debemos cuidar la educación entre todos, saludos
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