Susto o muerte
Vamos ya camino de un año en el que en ese teatro, aunque más parece un circo, que es el congreso de los diputados se suceden declaraciones vacuas de unos y otros, que si el interés de España, que si el bien de los españoles…, y al final lo único que han hecho, los unos y los otros, los de la nueva y los de la vieja política, ha sido mirar por su propio interés.
Los Rivera, Iglesias, Sánchez y Rajoy han demostrado que una de sus grandes virtudes es la mediocridad. Tengo la sensación de que nos han dejado a los españoles muy claro que todos ellos están muy por debajo de las necesidades de este país, no han sido capaces de llegar a acuerdos y al final, posiblemente, el único “ganador” será Mariano que no ha hecho más que lo único que sabe hacer: esperar. Esperar lo suficiente hasta ver pasar por delante el cadáver de su enemigo. Pero si hay un gran perdedor ese no es Pedro Sánchez, sino el Partido Socialista que en esta batalla de la estupidez que se lleva jugando desde diciembre del año pasado se ha hecho merecedor de la medalla de oro.
No es cuestión de buscar culpables, porque como dice el sabio refrán me temo que al partido socialista entre todos le mataron y él solo se murió. No les arriendo las ganancias. No sé si conocen, supongo que sí, el chiste aquel que daba a elegir entre susto o muerte, elegían susto y como no le gustaba el susto que le habían dado el otro le decía: Haber elegido muerte. Creo que el PSOE está ahora mismo en esa misma disyuntiva, la de elegir susto o muerte. Mucho me temo que al final elegirá las dos cosas, susto y muerte.