lunes, 4 de marzo de 2013

Pocahontas

Ayer vi un musical de Pocahontas y pasó un indio a mi lado y me preguntaron si era uno de los que actuaba que se llamaba John y le dije que no.

Me gusto mucho la obra y estuve con mi abuela y con Adriana.

En la actuación nos dejaron ir a la aldea de los indios a cinco o ocho niños pero yo no me atreví. Y una niña llevo el disfraz de Pocahontas.

Incorporación al blog

Cuando hace unos meses comenzamos con este blog decía que lo íbamos a escribir dos personas a cuatro manos, pero al final vamos a ser tres, y es que Celia (6 años) también se apunta a escribir.

Supongo que le ha picado el gusanillo, y eso de ver que su hermana de vez en cuando publica cosas y sus amigos se lo dicen ha terminado por animarla.

Tengo que reconocer que en esto del blog -y en más cosas- es un poco loquilla y quiere mezclar los temas. De hecho su primera publicación va sobre un musical en el que estuvo ayer domingo pero para ella lo más importante era decir que el sábado su equipo de baloncesto ganó el partido que jugaron por la mañana. Intentaremos ir poco a poco, porque apenas está comenzando a escribir, pero si ella está animada pues ¡adelante!

Por cierto, supongo que Adriana aún tardará algún tiempo en unirse al blog, aunque nunca se sabe.

sábado, 2 de marzo de 2013

Lo esencial es invisible a los ojos

Acabo de publicar en el blog del Ampa del cole un artículo con alguna reflexión muy personal sobre el tema educativo, pero puesto que se trata de eso, de reflexiones personales creo que no está de más el colgarlas aquí también, en mi blog.

La historia en la que se basa el artículo pudo suceder o no, pero tampoco podemos descartar que quizás esté sucediendo ahora mismo, en nuestros colegios, en nuestros institutos o en nuestras universidades. En cualquier caso, fuera de lo llamativo que nos pueda resultar la anécdota, me queda la sensación de que todo lo que se sale de nuestros cánones, de nuestra mente cuadrículada, es descartado de inmediato por incómodo. Y la educación, tanto la que se imparte en las escuelas, como la que se da desde casa, no es ajena a estos planteamientos.
Somos de sota, caballo y rey y cuando se juega otra carta no nos vale.

De todos modos no siempre lo importante está en primer plano, seguramente deberíamos hacer más esfuerzos para leer entre líneas. El protagonista de El principito, el libro de Antoine de Saint-Exupéry, decía que "Lo esencial es invisible a los ojos".

Os dejo aquí el artículo completo tal y como fue publicado originalmente, por cierto dedicado con cariño a C.A.:

Cuenta la historia que Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba a aquel que lo quería escuchar la siguiente anécdota:
Algún tiempo atrás, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que el estudiante afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.
Leí la pregunta del examen: "Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro". El estudiante había respondido: "lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio".
Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.
Más o menos habían pasado cinco minutos y el estudiante aún no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coja el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio, calcule el tiempo de caída con un cronómetro. Después aplique la formula y=1/2 * a * t². Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.
En ese momento abandoné el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.
Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contesto, este es un procedimiento muy básico: para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Este es un método muy directo.
Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.
En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precisión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle:
-Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo.
Le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) y me dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.
¡Ah! Por cierto ese estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.
Antes de seguir con unas cuantas reflexiones sobre esta anécdota, seguro que conocida por muchos, hay que decir que no es una historia cierta y que seguramente no fueron Rutherford y Bohr sus verdaderos protagonistas.
Pero no es eso lo más importante.
A veces nos empeñamos en obtener respuestas a nuestra medida, queremos que nuestros hijos actúen como a nosotros nos gustaría, los mismos profesores en el colegio a veces buscan una respuesta correcta pero no aceptan que los cálculos se hagan de otra manera y que se llegue al resultado por un camino distinto.
¿Realmente no es mejor dejar a nuestros hijos pensar libremente?
Incluso admitiendo que se pueden equivocar, que el camino elegido no era el más adecuado, que podíamos haber llegado de una manera más directa, que la respuesta esperada era otra...
Cuando aceptemos todas estas premisas seguramente las cosas irán mejor.
Intentémoslo, vamos a darles una nueva oportunidad, igual que hicieron con ese alumno que luego demostró que por supuesto conocía la respuesta correcta, que sabía lo que esperaban de él, que estaba perfectamente preparado.
¿O es que todo es lo que parece inicialmente? Seguramente es muy conveniente aprender a leer entre líneas. Si lo conseguimos hacer veremos las cosas de otra manera.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Don Juan Tenorio


El día 26 de febrero la Compañía de Teatro de Maestr@s de Aranjuez ha representado la obra Don Juan Tenorio, y la representarán durante varios días más en el C.S. Moreras y al mes que viene en el Farnesio.

La obra la ha presentado Álvaro que hacía de José Zorrilla. La actuación me ha gustado mucho sobretodo Don Juan y su criado Ciutti que lo hacía nuestro profe Alex. Ha actuado muy bien, era muy gracioso cuando decían su nombre porque él mismo en clase nos ha dicho que "chuti" es nombre de perro, y nos ha hecho el perro en clase.

Mis padres me han dicho que la obra tiene algunos cambios respecto a la original, pero eran cambios que la hacían más amena.

En el público había compañeros de clase como Javier y Coque, y también he visto a las profesoras Reme y Angelines.

Me gusta mucho ir al teatro, sobretodo cuando conozco a alguien que actúa.

Nota: Esta noticia ha aparecido publicada en el blog Sigue sus huellas, de 4º de Primaria

viernes, 15 de febrero de 2013

Sonrisas y Lágrimas


Esta tarde hemos estado en Madrid viendo el musical Sonrisas y Lágrimas. Hemos ido en autobús y había muchísima gente.

En el teatro me he sentado con Andrea. A mi me ha gustado mucho, sobretodo la parte en la que han cantado mi canción favorita que es la de las notas musicales.

Los decorados eran increíbles, a oscuras se veía como subían y bajaban los decorados y como se pasaba de la montaña a la iglesia o a la casa.

La niña pequeña era muy graciosa y era alucinante ver que se había aprendido tanto papel una niña tan pequeña.

Me gustaría mucho que se organizaran más actividades de estas, porque me gustan mucho y lo paso muy bien con mis amigas.

Día del Fundador




El pasado 8 de febrero fue el día del Fundador y lo celebramos con varias actividades como:
todos los cursos tuvimos una oración por la mañana, luego tuvimos la chocolatada, después todos los cursos hicimos una gymkana, cuando acabó la gimkana cada uno nos fuimos a nuestra clase y terminamos "El libro de la vida" que habíamos empezado el día anterior. La última actividad que hicimos por la mañana fue un mosaico pop-art de Pedro Bienvenido Noailles: un rostro actual.

A la hora de comer todo el que quiso fue a las pistas a la barbacoa, y había una tómbola que era la última aportación al proyecto Mirusuvil. A las cuatro empezó la V Olimpiada Popular. Mi grupo, "Las Cuquis" quedamos terceras. Y luego para profesores y padres y alumnos de 3º y 4º de ESO hubo un partido y jugó mi padre.

La última celebración del día fue el bingo en el cole. Yo canté un bingo y gané una licuadora y una mochila.

domingo, 10 de febrero de 2013

Hámster


El pasado 1 de febrero la Cía. Sin Palabras representó la obra Hámster en el Salón de Actos del colegio.

Hemos estado ensayando mucho tiempo y ya teníamos muchas ganas de presentarlo. El mismo día de la actuación Paula M. se cayó por las escaleras y se hizo una herida y raspones así que no pudo actuar con nosotros pero luego fue a vernos.

Yo estaba un poco nerviosa antes de actuar pero luego ya una vez que salí a actuar se me pasaron los nervios. Creo que al público le gustó mucho, sobretodo se rieron cuando salió Jose con un pañal gigantesco en el Magdalá.

Al final nos fuimos a las escaleras a despedir al público y aplaudíamos a todos los que pasaban. Mi madre preparó unas rosas de chuches y luego mi hermana Celia se las dio a Dani Zoyo, a Jose y a Alex para que nos las repartieran a todos.

Si queréis ver todas las fotos aquí hay un enlace al blog de Sin Palabras.