viernes, 19 de mayo de 2017

Descubriendo nuevos alumnos (I)...

No sabía si iba a escribir de ello o no, pero creo que al final no me va a quedar otro remedio, total Laura ya se ha adelantado...

rejasEmpiezo por el principio, Laura ha pasado unos meses en la cárcel, concretamente trabajando, para especificar y que no queden dudas. Ha estado impartiendo un curso y llega ya a su parte final, ahora fuera del talego, y en esta última parte me invitó a echar una mano. La idea me pareció interesante, no dejaba de ser un reto y aunque uno cada año sigue conociendo alumnos que nada tienen que ver con los que ha tenido hasta entonces, esto, no cabe duda, iba a ser un poco diferente.

Es imposible negar que uno parte con una cierta predisposición, no diré que negativa, pero digamos que no deja de haber un cierto reparo, dar un curso, una charla, simplemente hablar con un grupito de gente que acaba de salir de la cárcel es diferente a hacerlo con gente que inicialmente podemos considerar normal. Quede perfectamente claro que igual de normales son los que están allá dentro y los que estamos aquí fuera, supongo que han sido las circunstancias de la vida las que han marcado esas diferencias.

No sabía muy bien lo que me iba a encontrar, empezando por el nivel que cada alumno puede tener acerca de los temas a tratar, la cercanía al mundo de las nuevas tecnologías en unas personas que como dijo Laura al principio venían de un periodo de vacaciones, y es que contra los bulos extendidos mis alumnos no han tenido en la cárcel acceso al mundo de las nuevas tecnologías, ni siquiera los medios materiales de que íbamos a disponer aunque esto no iba a ser óbice ni impedimento para llevar adelante el curso.

Desde el principio les dije que estaba allí para contarles cosas pero también para escucharles, mi idea de lo que yo quería contar no tenía por qué coincidir con lo que ellos querían escuchar y como no soy de llevar un guión preparado al que uno se tenga que ceñir sí o sí, y menos aún en casos como este, fui dejando que las cosas fluyeran de forma natural. Inicialmente puede parecer que ir improvisando sobre la marcha es más complicado pero por una parte te quitas rigidez, consigues captar mejor la atención y finalmente resulta mucho más productivo. De esta manera ninguna clase es igual, es diferente para cada alumno o grupo de alumnos, puede fallar pero siempre se hace con la mejor de las intenciones.

Nada más empezar uno se olvida de prejuicios y se da cuenta de que está ante un grupo de personas cada una de su padre y de su madre, de diferentes edades, con diferentes expectativas por delante, dispuestas a escuchar en su mayoría, no todas, en algún caso intentando mantener la distancia desde el principio, poniendo alguna barrera y alguna traba, pero a la vez te das cuenta de que es relativamente fácil llevártelas a donde uno pretende. Basta dejarles hablar, hacer que se sientan escuchadas (siempre resulta interesante escuchar una visión a la que no solemos estar acostumbrados) y ver por donde va saliendo cada uno de ellos. Me llamó la atención ver como alguna de ellas pretendía impresionar con sus hazañas, y ahí descubres lo verdes que aún están para conseguir un reinserción plena. Ese impresionar puede valer dentro, fuera no vale para nada, todo lo contrario.

Seguramente cuando uno piensa en la cárcel, en los presos más concretamente, se imagina gente curtida, con iniciativa, dispuestos a cualquier cosa..., y no, no digo que no dispongan de esas cualidades, es muy posible incluso que las tengan pero me temo que las han perdido o las tienen escondidas. Hablo en general porque es un grupo bastante heterogéneo pero vi falta de autoestima, miedo a dar pasos en la buena dirección, creo que se han acostumbrado tanto a que les digan lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo que han perdido parte de su personalidad. Supongo que resulta duro decirlo pero, aunque no me cabe duda de que habrán mejorado mucho durante el curso, que les habrá servido de mucho, uno tiene la amarga sensación de que la reinserción real y plena está todavía lejos. Cierto es que lo tienen en su mano, no podrán decir que no les han dado una nueva oportunidad, de ellas es de quién depende todo, si algo hemos hecho para que puedan conseguirlo y salir del oscuro pozo bienvenido sea.

El próximo lunes llega la segunda parte, en principio con la idea de darle un contenido más práctico, concretamente con las sugerencias que ellos mismos lanzaron, pero ya veremos cómo se desarrolla todo y aquí estaremos para contarlo ;)

2 comentarios:

  1. ¡¡Lo que ha costado ques escribieras!! pero una vez que has empezado vas lanzado. Veo que no me equivoqué al decir que eras especial y que sabes leer muy bien a la gente. Una visión bastante objetiva la que das, aunque seguramente habria gente a la que no le gustase y otras tantas que no lo reconocerían pero...creo que en un momento has captado muuuucho. ¿Cuantás sesiones crees que necesitan para escribir un blog? ;)

    ResponderEliminar
  2. […] han tenido palabras de recuerdo para las personas que les han ayudado en esta última fase como son José Luis, Lola o Rajú (al que le debo un artículo para él), personas especiales y altruistas que también […]

    ResponderEliminar