Ya ha pasado el día 4. Y Madrid ha hablado. Alto y claro. Día laborable con la más alta participación que ha habido nunca en unas elecciones autonómicas en Madrid. Y la mayoría de votantes ha dado su apoyo, claro y directo, a Isabel Díaz Ayuso, y de paso ha dado una sonora bofetada en los morros de Arrimadas, Sánchez e Iglesias, no necesariamente en ese orden o quizás sí.
Victoria inapelable e incontestable. Duplica votos y escaños respecto a hace dos años. Ella sola suma más que toda la izquierda junta, las tres izquierdas, ojo. Tanto es así que no necesita de Vox aunque alguno siga empeñado en ello.
Díaz Ayuso ha soportado antes de la campaña y durante la campaña un número de ataques, insultos, descalificaciones y majaderías que si sólo la mitad de ellas le hubieran tocado a otra mujer de izquierdas algunos aplauditontos y sus voceros habrían montado en colera, habrían hablado de machismo, pero como eran para la tonta y la loca de Ayuso pues estaban bien tirados y no eran denunciables. Los ciudadanos han pasado de todo ello y han votado a quién les ha dado la gana. Unos convencidos de que era la mejor opción (en mi opinión los más), otros simplemente para dar en los hocicos a quién correspondiera.
Mucho decir que Ayuso era la extrema derecha, que era el fascismo, pero a quién le ha quitado los votos Díaz Ayuso no ha sido a Vox que se queda más o menos como estaba, sino que se los ha quitado a Ciudadanos y a la izquierda. El PP, aunque algunos no lo crean y otros no lo quieran ver, ha crecido por su flanco izquierdo.
Mérito de Díaz Ayuso y no tanto del PP, pese a que algunos se lo quieran apuntar como éxito personal, y demérito de Ciudadanos y del PSOE, de Arrimadas, de Agudo e incluso de Bal que hizo lo que pudo que fue poco, de Sánchez, del gurú Redondo e incluso de Gabilondo al que le tocó estar donde no quería estar, con lo bien que habría estado él paseando por el parque a su nieto recién nacido. No es el principio del fin de Ciudadanos, es el fin del fin. Perder medio millón de votos justo cuando más se ha ido a votar es para hacérselo mirar. O para echar el cierre y dedicarse a otra cosa.
Para el PSOE debacle mayúscula, obtiene el peor resultado de su historia e incluso deja de ser el referente en la izquierda superado por un Más Madrid que en zonas urbanas le barre literalmente. Si el PSOE se planteaba convocar elecciones de aquí a fin de año, ya puede ir olvidándolo. ¿Ha perdido Gabilondo? Evidentemente sí, era la cabeza de cartel y por tanto buena parte de la responsabilidad le corresponde a él. Pero Gabilondo no ha estado cómodo, a Gabilondo le han dictado lo que tenía que hacer y lo que tenía que decir desde Moncloa, y se ha visto que no, que eso no iba a funcionar. La campaña del PSOE ha sido terriblemente mala y quien no lo quiera reconocer está ciego.
¿Y de Pablo Iglesias, qué? Pues Pablo Iglesias, guste o no guste, ha sido el mejor activo con el que ha contado Díaz Ayuso en esta campaña. El chivo expiatorio, según él mismo dijo. Un chivo expiatorio que no suma, como también dijo, y que además resta, añado yo. Porque Pablo Iglesias a día de hoy resta. Alguno dirá que sus resultados son mejores que hace un par de años ¿y?... Pues aún siendo así, el que venía a salvarnos de los fascistas y la ultraderecha (es lo único que se le recuerda en la campaña), ha cosechado un muy pobre resultado, tan pobre que ha hecho lo único que podia hacer, irse. Y cerrar la puerta no vaya a ser que se escape el gato. Fracaso en toda regla y además superado por su antiguo compañero y amigo, Iñigo Errejón. Iglesias se va, pero mejor sería decir que le han echado sus propios votantes que le han dado la espalda y han optado por otras formas menos altaneras quizás. Errejón se ha mostrado más listo e inteligente y a poco que acierte fagocitará a un partido que a día de hoy está en sus horas más bajas.
Mónica García es la otra ganadora de estas elecciones, más por haber adelantado al PSOE que por sus resultados que no dejan de ser simplemente aceptables.El tiempo dirá si todavía puede sumar a los votantes que no terminaron de dar la espalda a Iglesias, por el otro lado tendrá difícil rascar puesto que el PSOE tiene que ser consciente de que tiene que centrarse si no quiere que el PP termine canibalizando a todos sus antiguos votantes que esta vez decidieron irse con Ayuso.
Rocio Monasterio y VOX repiten prácticamente sus resultados y salvan los muebles. Algunos de sus votantes no veían con malos ojos a Ayuso porque a ella no la consideraban derechita cobarde y un partido que parecía en alza ha quedado estancado. Vox va a pintar menos, bastante menos, de lo que esperaban, no son imprescindibles y creo que ninguno de sus votantes entenderían (y perdonarían) que en un momento dado dieran la espalda a Ayuso y votaran con la izquierda.
Puedo estar equivocado pero creo que pocas veces la gente ha ido a votar con la decisión tan clara, aunque algunos hayan votado con la idea de ir contra alguien tengo la sensación de que eso ha pesado menos que en anteriores ocasiones. Los madrileños han aprobado la gestión de Ayuso y han suspendido la de Sánchez-Iglesias, puede que fuera no todo el mundo lo entienda, pero aquí cundía la sensación que todas las decisiones del gobierno no se tomaban por y para, sino contra Madrid. Se optaba entre dos modelos, el de Ayuso que ni sus compañeros del PP en otras regiones seguían, y el del gobierno de España. Ganó Ayuso por goleada. No el PP, así que nadie lo olvide, las cañas se pueden tornar en lanzas en menos que canta un gallo. El PP ha recibido votos prestados y no debe pensar que son suyos, mal haría.
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