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Andan sumidos los partidos estos días en analizar lo sucedido. Unos, con la euforia del resultado, se empiezan a equivocar cuando se muestran convencidos de que ahora todo el monte es orégano, de que lo sucedido en Madrid es extrapolable al resto de España, y no, para nada. Las circunstancias de Madrid son las que son, en Madrid los ciudadanos (los de derechas y los de izquierdas) se han sentido atacados una y otra vez por el gobierno central y por eso han decidido apoyar no a la derecha, no al discurso de la derecha, simplemente han apoyado a quién les ha defendido y les ha hablado de lo que de verdad les importaba. Ya cansa escuchar fascismo, fascismo, fascismo, facha, facha, facha a todas horas. Mal harían Casado y los suyos pensando que en otras regiones se va a repetir la historia. Es verdad que el PP se ha comido, posiblemente ya para siempre a Ciudadanos, o lo que quedaba de ellos, es posible que eso le vaya a servir para recuperar un importante número de votos que estaban algo más a su izquierda aunque no mucho, pero paren de contar. El discurso del PP, equívoco y poco claro, sigue sin vender. Lo que ha vendido ha sido Díaz Ayuso, pese a la campaña realizada desde muchos medios contra ella o puede que gracias a ello.
Lo del PSOE todavía es peor. Es como regocijarse en la derrota. De momento lo único que han hecho ha sido enterrar a Franco, el exhumado no, el otro, el que fue delegado del gobierno y ahora anda por lo de los deportes aunque en estas elecciones haya pintado nada y menos. Hacer que Gabilondo no recoja su acta aunque él, siempre diciendo que era hombre de palabra, ya hubiera dicho que lo iba a hacer, y echar a dos figuras emergentes en el partido, Redondo Terreros y Leguina. Pero no es ese el problema, yo no sé si lo que dicen lo hacen en serio o es un argumentario que alguien les ha dicho que hay que repetir para ver si alguno se lo cree. La vicepresidenta diciendo que el PP ha hecho un discurso de ultraderecha y por eso ha subido en votos, que no, que no se equivoque o no intente engañarnos, que al PP no le ha votado la ultraderecha, que en Fuenlabrada, en Parla, en Aranjuez, en Vallecas, en Villaverde o en Carabanchel la gente (poco sospecha de ser de ultraderecha) ha votado a quién mejor les ha entendido. Lo peor es que algunos siguen con el mantra de hablar de obreros votando a la derecha, ¿pero de verdad no han entendido nada?, y eso cuando no entran en el discurso ese de llamarles nazistas o hablar de los campos de concentración. Les han pasado a ustedes por la izquierda, pero si siguen hablando de esta manera les van a pasar también por el centro, por arriba y por abajo. Dejen de insultar a los que un día les votaron si quieren que mañana les puedan volver a votar. Alguno, quizás, ya no lo vuelva a hacer nunca. Por cierto, impagable (en todos los sentidos) lo del CIS de Tezanos, que después de las elecciones saca una encuesta que sigue diciendo que la izquierda supera a la derecha... Para hacérselo mirar cuando menos.
Mucho más inteligente se está mostrando Más Madrid con Mónica García e Iñigo Errejón. Por lo pronto un lenguaje mucho más moderado, entendiendo que si el PP en Madrid ha ganado a lo mejor es que algo debieron hacer bien. Tienen por delante un futuro esperanzador, a poco que lo hagan bien se pueden comer a los que están a su izquierda que andan como pollos, pollas o polles sin cabezo, cabeza o cabece. Y es que Unidas Podemos tiene un problema (bueno, uno no, tiene muchos), entre otros que forma parte de un gobierno que quiere cobrar por usar las autovías y autopistas (sólo a los ricos) o hacer que la declaración de la renta conjunta pierda sus bonificaciones (también sólo para los ricos), y mientras desde sus filas se lanzan mensajes en contra de estas medidas. Aclárense ustedes, o de un lado o del otro. Es verdad que Más Madrid, o Más País, debe cuidar algunos de sus mensajes más radicales, les recuerdo, por si les sirve de algo, que los hombres no violan y no matan, lo hacen los violadores y los asesinos, porque en otro caso la gente pensará que son más de lo mismo, iguales de rancios y viejos. Ellos mismos deben decidir. En Madrid han demostrado que sí se puede.
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