Ayer mismo a raíz de un artículo que publicaba Antonio Ortíz en El confidencial -Suenan las campanas por el libro de texto- se abría un debate en Twitter en el que participaban Enrique Dans que luego publicaba otro incendiario artículo contra el libro de texto en su blog -No digitalicemos el libro de texto- y Borja Adsuara. Seguir estas conversaciones por Twitter es un auténtico caos, pero aquí se puede encontrar un pequeño resumen.
No soy tan radical ni tan vehemente como Dans que terminaba su artículo así, pero reconozco que tiene su buena parte de razón:
El libro de texto debe morir, cuanto antes mejor, sea en papel o en electrónico. Debemos matar el concepto, no su forma. Como sociedad, deberíamos considerar urgente que, en la era de la red, nuestros hijos supiesen aprender a extraer conocimiento de manera eficiente del lugar en el que se encuentra todo el conocimiento. No de un maldito sistema cerrado. No tienen que aprender lo que está en un libro por decisión de una editorial, de un gobierno o de un profesor. No tienen que tragarse los prejuicios de nadie, ni siquiera los de sus profesores o los de sus padres. Tienen que aprender otras cosas. Habilidades fundamentales para vivir en el tiempo en que les ha tocado vivir. Algo que un libro de texto NUNCA les va a enseñar.
Podemos hablar y mucho de los libros de texto, pero al final nos terminamos desviando del tema principal que es, o debía ser, la educación y empezamos a hablar de negocios y de dinero que eso sí mueve el mundo. Lo de los libros no es más que un negocio gigante con pies de barro que empieza a desmoronarse pero con el que muchos se siguen llenando los bolsillos.
Leo hoy mismo que en Extremadura este año 11.000 alumnos estudiarán con libros de texto digitales, pero claro la letra pequeña dice que serán las familias quienes tengan que hacerse cargo de la tableta o el notebook que podrán adquirirse en el mercado a un precio que irá de los 250 a los 300 euros. «Actualmente existen equipos de este precio pensados para una duración de al menos cuatro años», se indica en el folleto que está entregado a los padres afectados por el cambio de modelo educativo. Estamos haciendo un pan con unas tortas, te gastas 300 euros por chaval más luego las licencias que hay que seguir pagando para usar el "libro" porque aunque sean más baratas siguen costando dinero y que además no sirven para el año que viene, ni para el hermano que viene detrás...
Hace unos días, buscando por Internet, me encontré con un libro de Lengua de 6º de Primaria de la Editorial SM del año 2007 dejo aquí el primer capítulo, mi hija este año usa el de 2011 del que dejo también aquí el primer capítulo. ¿Diferencias entre uno y otro? Un problema distinto, en uno pone sustantivo y en el otro sustantivo o nombre y poquito más que contar. Este libro, probablemente, el año que viene no servirá porque los alumnos que el año que viene cursen 6º de Primaria se verán afectados por la ley Wert y el consiguiente cambio de libros, pero me juego el cuello a que otro pequeño retoque y el libro sigue siendo en esencia el mismo. Editoriales, distribuidoras, libreros, colegios...
Otra más, mi hija pequeña este año hace 3º de Infantil y comienzan a leer, las mayores usaron la cartilla de Letrilandia que sirvió para las dos mayores y para sus primos, este año a ella, mala suerte, le ha tocado cambio de cartilla, pasamos de Letrilandia a la Galaxia de las Letras y como las editoriales no dan puntadas sin hilo han decidido que la cartilla también se escriba y así toca unir palabras con dibujitos, y además ponemos pegatinas, con lo que seguro que muchos hermanos pequeños vuelven a pasar por caja ¿o no es verdad?