Es curioso lo difícil que resulta conseguir el respeto y la consideración de los votantes y lo fácil que puede resultar perderlo con una decisión equivocada.
Creo que esto le ha sucedido a Isabel Díaz Ayuso que acaba de dilapidar buena parte de la consideración que podían sentir hacia ella sus actuales votantes con el nombramiento de Toni Cantó para la "Oficina del Español". Estoy convencido de que hoy una buena parte de los que la votaron el pasado 4 de mayo en Madrid estarán pensando que vale ya de mamoneo, mamandurrias, chiringuitos y colocar a los amigos. Porque eso es lo que parece, o lo que es.
Toni Cantó se convirtió por derecho propio en azote de los progres a los que desnudaba sus vergüenzas denunciando entre otras cosas exactamente lo mismo en lo que acaba de caer él, un puestecito para colocar a uno de los suyos. Personalmente tanto Cantó como Pablo Iglesias me parecen de lo mejorcito en cuanto a dialéctica parlamentaria, podrán gustar más o menos, se podrá o no coincidir ideológicamente con ellos, pero, en mi modesta opinión, éticamente hoy Cantó acaba de irse al infierno. Adalid de la lucha contra enchufismos y chiringuitos varios... hasta que le regaron con uno y aceptó.
Cantó va a dirigir una oficina que pretende promocionar Madrid como capital del español ¿? Pregunta seria: ¿alguien lo puede entender? Esto no es más que una cortina de humo que pretende tapar la auténtica realidad, había que colocar a Cantó en algún sitio y se ha creado un puesto para él. Así de claro y así de evidente. La izquierda ha saltado a la yugular, no sin motivos, y hace bien. Pero ojo, que al final de todo esto quien más beneficiado puede salir es Vox porque al final va a resultar que son los únicos que apuestan por la eliminación de las mamandurrias estas, y los ciudadanos coinciden con esa idea, ¿o no?
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